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Artrosis: Abordaje con Medicina Biorreguladora

Dr.James Vallejo Quintero M.D - Medicina Deportiva ISCM - Cuba - Traumatología y Ortopedia -USA- Medicina Biorreguladora IAH -ISOHH - Alemania

 

En la sociedad moderna, el envejecimiento ha invertido en la mayoría de los países occidentales la pirámide de población. En consecuencia, las  enfermedades degenerativas han pasado a representar una gran parte de las  afecciones que se ven en la medicina generalista.

Una de las principales  afecciones que se observan en la población de edad avanzada es la artrosis, una enfermedad degenerativa del cartílago que, en fases tardías, afecta también al  hueso, produciendo disfunciones de grado diverso en las articulaciones  afectadas.

 

Enfermedades Reumáticas: clasificación

 

“Reumatismo”es un término genérico que se refiere a cualquier trastorno doloroso de las articulaciones, los músculos o los tejidos conjuntivos. Los trastornos reumatológicos comprenden también los procesos que afectan a los tejidos conjuntivos de distintos órganos, como el corazón, los pulmones, los huesos, los riñones y la piel.

Un trastorno reumático se caracteriza por:

•Inflamación o

•Degeneración

•Alteraciones metabólicas de los tejidos conjuntivos del organismo, especialmente de las articulaciones y las estructuras  relacionadas con ellas, como son los músculos, las bolsas, los tendones y el tejido fibroso.

Así, el término reumatismo sirve de “apellido”para un gran número de enfermedades que afectan  sobre todo al aparato locomotor. Normalmente se distinguen cinco tipos:

Reumatismo inflamatorio: enfermedades reumáticas donde predomina la inflamación, como la  artritis reumatoide (una enfermedad autoinmunitaria).

Reumatismo degenerativo: trastornos degenerativos del aparato locomotor, como la artrosis (objeto de este artículo). La muerte celular y la pérdida de estructuras y tejidos se producen a nivel articular, más concretamente del cartílago al principio, para después extenderse hacia las estructuras óseas.

Reumatismo de partes blandas: son ejemplos de reumatismo de partes blandas afecciones como el síndrome del túnel carpiano, la periartritis del hombro, la polimialgia reumática y la fibromialgia.

Reumatismo óseo: afecciones degenerativas del propio hueso. El principal ejemplo es la osteoporosis.

Las enfermedades pararreumáticas son un grupo de afecciones locomotoras que no pueden clasificarse en ninguno de los 4 tipos citados (p.ej., la gota).

¿Qué es la artrosis?

 

La artrosis es un desgaste prematuro y excesivo de las capas de cartílago que cubren el hueso, las cuales pueden incluso desaparecer completamente. En los casos simples, esta pérdida de cartílago puede detectarse con rayos X, que muestran la degeneración de la cápsula articular. La resonancia magnética (RM) es incluso mejor y más precisa. Las fases finales de la artrosis se acompañan de deformaciones articulares visibles, por lo que algunas formas se denominan artrosis deformantes. Además, debido al estrechamiento del espacio articular y a la aparición de hueso en los bordes, la movilidad está cada vez mas limitada, lo que puede llegar a provocar una inmovilidad casi completa de la articulación.

 

La artrosis cursa con exacerbaciones y remisiones. Durante la fase inactiva, la articulación no está ni tumefacta ni especialmente dolorosa, aunque sí aparece mucho menos resistente. Las lesiones añadidas y los esfuerzos excesivos pueden entonces desencadenar a corto plazo un proceso activo o inflamatorio en  el que predominan la tumefacción y el dolor, a veces incluso en reposo.

 

La artrosis representa el 70% de todas las enfermedades reumáticas

Dentro del grupo de las enfermedades reumáticas, la prevalencia de la artrosis en los países occidentales es de alrededor el 70%. Aparte de la elevada prevalencia, ello supone también una pesada carga para los presupuestos sanitarios de la sociedad. Los tratamientos habituales de la artrosis son principalmente sintomáticos y se centran en paliar el dolor y la inflamación.

 

Aparte de unos pocos condroprotectores (p.ej., las inyecciones de ácido hialurónico) y algunas intervenciones quirúrgicas (p.ej., prótesis), el tratamiento habitual de la artrosis no es eficaz a largo plazo.

 

Características y síntomas

 

Los síntomas de la artrosis incluyen la sensación de rigidez articular, sobre todo al iniciar el movimiento (p. ej., al caminar después de haber estado tumbado).

También es frecuente el llamado “dolor de arranque”al comenzar el movimiento.

Este dolor disminuye al cabo de un rato, ya que el propio movimiento parece “lubricar” la articulación.

 

El movimiento con carga de peso es más doloroso que el normal (p. ej., al llevar una bolsa con peso o subir escaleras). En la artrosis reactivada resultan evidentes los procesos inflamatorios. Además de los aspectos degenerativos, en la artrosis suele haber al mismo tiempo una reacción aguda de tipo artrítico.

 

La artrosis puede considerarse una situación de desequilibrio entre la cantidad de cartílago nuevo generado por la colaboración de las células sinoviales (ácido hialurónico) con los condrocitos (colágeno y proteoglicanos o glucosaminoglicanos) y la degeneración cartilaginosa a causa del desgaste y varios tipos de procesos enzimáticos.

 

Cuando la persona es joven, este equilibrio está a favor de la generación de cartílago; éste es el motivo de que no veamos normalmente artrosis en las personas jóvenes. En el adulto, este equilibrio se desplaza poco a poco hacia la degeneración del cartílago, produciendo afecciones del tipo de la artrosis.

 

En las etapas finales, cuando el cartílago se ha destruido del todo y el hueso subcondral entra en contacto con el hueso subcondral, aparecen deformaciones de los extremos óseos.

Se distinguen 4 estadios clínico-radiológicos en la artrosis:

 

Radiológicamente, la artrosis puede clasificarse en 4 estadios sucesivos.

En el estadio 1 da comienzo la artrosis. Aparte de una esclerosis discreta, no se ve mucho más en las radiografías. Los síntomas clínicos son leves y aparecen y desaparecen en función de las mayores o menores cargas de los movimientos y la actividad. Es importante el hecho de que los síntomas clínicos varíen mucho según el uso de la articulación, ya que, en contra de lo que cabría esperar, los movimientos sin carga (caminar, nadar, etc.) son curativos y mejoran el estado de la articulación.

 

En el estadio 2 se dan signos iniciales de cierto deterioro de la movilidad. La rigidez posterior al reposo, al iniciar el movimiento, empeora. También hay dolor al empezar el movimiento y pérdida de fuerza (escaleras, levantarse estando de rodillas, etc.). En las radiografías aparecen los primeros osteofitos finos y pueden observarse incluso pequeños quistes subcondrales.

En el estadio 3 hay signos de intensa inhibición de la movilidad, en parte por la rigidez y el dolor de arranque y en parte por alteraciones físicas,tales como el estrechamiento del espacio sinovial y el inicio de la deformación articular. La fuerza aparece limitada y puede haber inflamación, lo que complica aún más el cuadro. Normalmente se observan osteofitos y quistes en las radiografías.

 

El estadio 4 es la etapa final, en la que desaparece la flexibilidad articular. El paciente se esfuerza en compensar la inmovilidad articular. Hay inflamación recurrente y descompensación muscular. En la radiología aparecen osteofitos y quistes, y el espacio sinovial está muy estrechado o incluso totalmente obliterado (contacto entre huesos subcondrales).

 

Como la artrosis es una afección degenerativa, caracterizada principalmente por la pérdida de tejido y por la muerte celular (condrocitos), se situaría a la derecha de la divisoria Regulación/Compensación, en la 5 fase de la Tabla de la Evolución de la Enfermedad(TEE): la fase de degeneración.

 

Como los huesos y las articulaciones derivan de la capa mesodérmica embrionaria, la artrosis puede encontrarse en el nivel cavodérmico mesodérmico de la tabla.

Así pues, desde el punto de vista homotoxicológico, la artrosis es una afección degenerativa cavodérmica.

 

Como es típico de las afecciones de la fase inflamatoria, se caracteriza por inflamación y procesos de reparación exagerados (osteofitos).

 

Consecuencias

 

El hecho de que la artrosis se sitúe en la 5 fase de la TEE tiene consecuencias clínicas y terapéuticas especiales.

 

El tiempo va contra la artrosis, ya que la situación del paciente empeora con el tiempo. No hay regeneración espontánea de la articulación y el curso de la degeneración puede acelerarse con las cargas de peso y el esfuerzo articular en general. Puede haber remisiones espontáneas temporales y limitadas, pero la evolución es progresiva.

 

En la artrosis reactivada podemos ver procesos inflamatorios que, a diferencia de la medicina académica, deben considerarse como esfuerzos del organismo por eliminar algún tipo de factor irritante o toxina (homotoxina) del espacio sinovial a través del proceso de la inflamación. Aunque la inflamación dañe aún más el cartílago debido a los procesos enzimáticos, a corto plazo elimina los factores perturbadores, como los fragmentos de cartílago y otras “homotoxinas“. La supresión de estos procesos inflamatorios, en lugar de su regulación (inmunomodulación), no es por consiguiente la mejor estrategia a largo plazo. El tratamiento supresor conducirá finalmente al paciente hacia un proceso  degenerativo de rebote, crónico y acelerado.

 

Fisiopatología

 

¿Cuál es el proceso fisiopatológico de la artrosis? Veremos que la interpretación de este proceso es diferente en las medicinas académica y biorreguladora.

 

El cartílago se parece mucho a una matriz “comprimida”. Los componentes principales de la matriz son el colágeno, los glucosaminoglicanos y el ácido hialurónico. Los condrocitos generan la estructura de la matriz a partir de las moléculas de ácido hialurónico que les aportan las células sinoviales. Apretando  y soltando, gracias a la presión y al movimiento articulares –el llamado “efecto esponja”–, la estructura cartilaginosa absorbe los nutrientes y otros elementos necesarios; al soltar se expulsan los productos intermedios del metabolismo y las homotoxinas. Por ello, el movimiento y el ejercicio son tan importantes para prevenir o reducir el inicio de los procesos degenerativos, sobre todo en las  personas predispuestas a esta enfermedad, a quienes habría que ayudar mediante programas precoces de detoxificación.

 

El cartílago no contiene vasos sanguíneos ni linfáticos. En la estructura cartilaginosa no hay terminaciones nerviosas. Todos los nutrientes, células de defensa y demás sustancias que se necesiten los aporta la membrana sinovial a  través del líquido sinovial. Las sustancias tóxicas capaces de llegar a la matriz o  abandonarla también tienen que seguir las mismas rutas, al igual que los  medicamentos.

 

El cartílago podría compararse a un pez dorado de un acuario. Su calidad de vida depende totalmente de la pureza del agua en que nada. El cartílago depende totalmente de los componentes que contiene el líquido sinovial que lo baña.

 

El movimiento sin carga es sano para la articulación artrósica, pues los mecanismos de presión y liberación activan el “efecto esponja”, manteniendo la homeostasis local.

 

Estructura del colágeno del cartílago

 

Las fibras de colágeno del cartílago no están dispuestas de forma caótica, sino que están muy bien estructuradas y constituyen una capa basal sobre la que se disponen las estructuras más finas de los proteoglicanos. Para poder formar una superficie cartilaginosa lisa por un lado, una estructura interpuesta de carácter  elástico y  amortiguador por el otro, y finalmente una inserción firme sobre el hueso subcondral, el colágeno se estructura en 4 fases.

 

Estructura del cartílago

 

La amortiguación de impactos y presiones es posible en el sentido tanto horizontal como vertical. Entre las fibras de colágeno hay una red fina de proteoglucanos que garantiza la estructura hidrófila necesaria para mantener la humedad y flexibilidad del cartílago. El cartílago desecado se rompe con la mínima presión.

El cartílago bien lubricado es extremadamente flexible.

Espacio sinovial

Cartílago

Colágeno

Proteoglucanos

Moléculasde ácido hialurónico

Moléculade agua

Célulassinoviales

Condrocito

(Imagenderecha)

Molécula de ácido hialurónico

Condroitin sulfato

Proteína conectiva

Proteína “nuclear”

 

Artritis, degeneración del cartílago y dolor

 

A cierta edad, el esfuerzo articular podría producir abrasiones en el cartílago, con desprendimiento de fragmentos de su superficie que acabarían “flotando”en el líquido sinovial. El movimiento empujaría los fragmentos hacia el exterior de la articulación, donde irritarían la membrana sinovial. Esta irritación a menudo desencadena un proceso inflamatorio que se asocia a la liberación de enzimas características dirigidas a disolver el fragmento. Como la superficie cartilaginosa tiene los mismos componentes que los fragmentos de cartílago, las enzimas que han de actuar sobre tales fragmentos dañan también dicha superficie.

 

Si no se da tiempo al cartílago dañado para que se regenere, los esfuerzos recurrentes originarán un círculo vicioso, con una degeneración cada vez mayor de la estructura cartilaginosa. El esfuerzo, la inflamación y la recidiva son los 3 factores principales que tienden a perpetuar la evolución de la artrosis.

 

Los trozos de cartílago sueltos en la Articulación son homotoxinas endógenas

Desde el punto de vista de la homotoxicología, los fragmentos de cartílago que se encuentran en el espacio sinovial se consideran homotoxinas endógenas.

Aunque se trata de un material de “fabricación propia”, perturba el funcionamiento normal de la articulación. La eliminación de los fragmentos por procesos enzimáticos que se suman a la inflamación es un mecanismo de defensa biológico intencionado que debe respetarse, e incluso fomentarse o controlarse, por todos los medios.

Por tanto, la estrategia debería consistir en aportar inmunomodulación y soporte orgánico para mejorar la calidad de vida del paciente sin bloquear el proceso de eliminación y en apoyar los mecanismos de regeneración disponibles en todo lo posible (mejora de la función de las células sinoviales y los condrocitos).

Destrucción enzimática del cartílago:  metaloproteinasas

 

Los cuatro componentes principales del cartílago (sus componentes) pueden inducir la liberación de cuatro enzimas correspondientes.

Estas enzimas son las denominadas metaloproteinasas de la matriz. Uno de los factores que estimulan las MMP son las citocinas proinflamatorias.

Mucopolisacaridasa: cataliza la hidrólisis de los glucosaminoglucanos (también denominados mucopolisacáridos)

Proteasa: cataliza la rotura de las estructuras proteicas para dar péptidos más pequeños y aminoácidos

Colagenasa: hidroliza las fibras de colágeno.

Hialuronidasa: degrada el ácido hialurónico (un aminoglucano parecido a la  gelatina).

El cartílago hialino articular contiene principalmente colágeno, mientras que el  cartílago elástico se encuentra en el oído y la glotis.

Hay grandes diferencias entre la composición del cartílago viejo (personas ancianas) y la del cartílago artrósico. La diferencia principal reside en el contenido de proteínas y condroitin sulfato.

Componentes:                             Cartílago viejo:                      Cartílago artrósico:

Condroitin sulfato                           Contenido bajo                        Contenido normal

Proteoglucanos(tamaño)                  Más pequeños                         Tamaño normal

Contenido proteico                         Alto                                       Bajo

El condroitin sulfato (glucosaminoglucano o GAG) está bajo en el cartílago viejo y es normal en el artrósico.

 

El tamaño de los proteoglucanos es bastante pequeño en el cartílago viejo, mientras que sigue siendo normal en el artrósico.

El contenido proteico del cartílago viejo es elevado y el del artrósico es bajo. Todo ello en comparación con el cartílago normal.

Aunque hay algunas alteraciones que son características del cartílago artrósico, el daño está producido sobre todo por las enzimas que acompañan a los procesos inflamatorios con los esfuerzos  recurrentes de la articulación.

Tratamiento convencional de la artrosis

Antes de describir la estrategia terapéutica antihomotóxica, aclararemos algunas de las formas habituales de pensar y de plantear el tratamiento de la artrosis.

 

Estrategia convencional

 

Los principales medicamentos que se usan en la artrosis activa son los antiinflamatorios no esteroideos o AINE. Es un grupo de moléculas diversas (salicilatos, ibuprofeno, paracetamol, oxicanos, inhibidores de la COX2, etc.) que actúan primordialmente como inhibidores no selectivos de la enzima cicloxigenasa, inhibiendo la producción de prostaglandinas proinflamatorias.

 

Los AINE se desarrollaron para tratar los trastornos inflamatorios agudos y no, desde luego, las afecciones degenerativas crónicas, aunque se acompañen de inflamación. Los diversos efectos secundarios que suelen aparecer con el uso prolongado de los AINE se aceptan generalmente como normales. Como ocurre con la mayoría de los fármacos convencionales, la prevalencia de efectos secundarios tiene relación directa con la dosis empleada y la duración del tratamiento. La artrosis es una enfermedad degenerativa CRÓNICA y los AINE habitualmente tienen que administrarse a largo plazo, lo que a la larga suprime los mecanismos de regulación y aumenta el riesgo de efectos secundarios graves.

Esta crítica vale tanto para la primera generación de AINE (inhibidores de la síntesis de prostaglandinas) como para la segunda (los inhibidoresde la COX II).

 

Estrategia convencional

 

Los AINE se desarrollaron para tratar la inflamación aguda y aplicarse, por tanto, únicamente para combatir las artritis agudas (que son reacciones inflamatorias agudas); podemos así fácilmente confirmar el error que supone usar esta medicación de la artritis en la artrosis (que no es un proceso inflamatorio agudo, sino degenerativo crónico, aunque a veces haya algún signo de inflamación aguda). Desde el punto de vista de la homotoxicología, esto es difícil de aceptar, ya que la artritis está en la fase de inflamación cavodérmica (segunda fase de la TEE) y la artrosis en la fase de degeneración (quinta fase de la TEE). Esta discrepancia demuestra en sí misma la utilidad y la importancia de la TEE.

 

Los efectos secundarios no son leves, como se piensa normalmente al usar los AINE de forma prolongada. En particular, en las personas de edad avanzada, el mayor riesgo de complicaciones por dichos efectos secundarios esreal, ya que suele haber algún problema cardíaco, hepático o renal de base. La alteración de la agregación plaquetaria (hemorragias más fáciles y prolongadas), la retención de agua (insuficiencia cardíaca), los problemas digestivos (gastritis con ardor, formación de úlceras) y los trastornos hepáticos o renales colocan a estos pacientes ancianos en una situación de alto riesgo.

 

AINE y efectos secundarios

 

La Food and Drug Administration (FDA) de EEUU, uno de los observadores más severos y críticos del mercado farmacéutico en lo relativo a la protección del paciente, ha alertado repetidas veces sobre el (mal) uso de los AINE. Según sus cálculos, el 20% de todas las presuntas reacciones adversas por medicamentos han tenido que ver con los AINE. En 1994 se notificaron 400.000 acontecimientos adversos graves, y se calcula que, sólo en los Estados Unidos, alrededor de 20.000 personas murieron en 1994a causa de los AINE.

En este grupo, la hemorragia digestiva fue la principal causa de muerte después de haber tomado AINE o abusado de ellos.

 

Tratamiento biorregulador de la artrosis

 

En cuanto a la medicina biorreguladora, el enfoque terapéutico de la artrosis es muy diferente del convencional. Como se trata de una afección degenerativa crónica, hay que emplear todas las estrategias de los 3 pilares del tratamiento antihomotóxico.

 

Tratamiento biorregulador

 

El abordaje combinado de la artrosis con la estrategia biorreguladora de los 3 pilares creará:

•Una “limpieza del terreno”. Se limpiará el medio extra celular para mejorar el transporte de nutrientes, mediadores, etc., pero también para facilitar la eliminación de los productos metabólicos de desecho y otras posibles toxinas.

•El proceso inflamatorio está regulado de tal forma que se conservan las características fisiológicas al tiempo que los aspectos negativos y destructivos se reducen al mínimo. Mediante esta regulación eliminamos las homotoxinas causales e inhibimos los síntomas.

•Se da apoyo al tejido que sufre el daño. Se crean las condiciones en que se sustentan las funciones fisiológicas de las células sinoviales y los condrocitos. La mejor función regeneradora del cartílago tenderá a inhibir los efectos degenerativos del proceso de la artrosis y frenará o reducirá el daño.

Aunque en principio es imposible una correlación directa entre las coordenadas de la TEE y una medicación, esto se ha demostrado con Zeel. Las enfermedades degenerativas de las articulaciones sólo aparecen en la tabla en la fase de degeneración cavodérmica, y Zeel se emplea específicamente en estas indicaciones.

Pero Zeel por sí solo no basta para resolver la artrosis.

Los 3 pilares del tratamiento antihomotóxico de la artrosis

Deberíamos empezar por una limpieza general de la MEC y no sólo en la articulación afectada. Para ello, el DetoxKit es el tratamiento más apropiado .

En la artrosis activada, la inmunomodulación se consigue con Traumeel. Muchos de los efectos correctores de Traumeel son conocidos, como: inhibición de los mediadores proinflamatorios IL1, TNF alfa e IL8, por mencionar solo unos pocos. Traumeel aumentará también la liberación de TGFbeta por las células Treg (células TH3), inhibiendo mediante este mediador las células proinflamatoriasTH1y TH2.

Zeel T contiene también una serie de extractos vegetales reguladores de la  inflamación, así como organopreparados “suis” relativos a la articulación.

Además, los catalizadores esenciales que contiene el medicamento potenciarán  la oxigenación de las células sinoviales y los condrocitos. También podrá usarse Zeel comp. complementado con Coenzyme compositum para el soporte celular y orgánico, ya que contiene los principales catalizadores del ciclo de Krebs para estimular las funciones metabólicas de las células sinoviales y los condrocitos.

Naturalmente, en función de la afección acompañante y de los síntomas del paciente, también pueden añadirse otros medicamentos según el caso.

Coenzyme compositum y Ubichinon compositum facilitarán la energía celular. La medicación contiene, respectivamente, los catalizadores y quinonas que se precisan para este propósito.

Dulcamara Homaccord se administra cuando el empeoramiento de la afección reumática tiene que ver con el clima (peor con el tiempo frío y húmedo, como suele verse en la artrosis).

Los siguientes Homaccord tienen características topográficas o tropismos específicos: Colocynthis Homaccord en la región lumbar, el dolor lumbar o la espondilosis lumbar. Ferrum Homaccord en la periartritis del hombro y el síndrome hombro brazo. Gelsemium Homaccord en el dolor cervical y la cefalea occipital (latigazo).

 

Bibliografía

1. Heine H. Schmolz M. Immunologische Beistandsreaktion durch pflanzliche Extrakte in Antihomotoxischen Práparaten. Biol Med 1998; 27(1):10-4.
2. Schmolz M. Transforrning growth factor beta (TGF-p): Eine neue Regelstrecke für antiphlogistische Therapien Biol Med 2000;29(l)31-4.
3. Jaggi R, Würgler U, Grandjean F, Weiser M. Dual ¡nhibition of 5- lipoxygenase/cyclooxygenase by a reconstituted homeopathic remedy; possible explanation for clinical efficacy and favourable gastrointestinal tolerability.
Inflammation Research 2004:53:150-157.

IAH – 2007

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